Un artículo de Cristina Cortinas[1]
Por qué y cómo circularizar nuestras comunidades entre todos
En esta nueva década y sin haber superado la pandemia provocada por el COVID-19, es indispensable reconocer la necesidad de dar pasos firmes que nos lleven a cambios profundos en nuestras formas de vida altamente desperdiciadoras de recursos y de consecuencias ambientales y sociales graves, basadas en un sistema económico lineal.
Este artículo tiene como propósito contribuir a tal fin, así como a facilitar la transición hacia una economía circular desde lo local, con un enfoque comunitario, incluyente, sistémico y regenerativo, mediante el repaso de algunos temas que se espera sean de utilidad desde el nivel individual, grupal, empresarial y/o institucional.
Visión sistémica de un modelo de economía circular comunitaria
A manera de ejemplo, en México -desde 2018- pusimos en práctica la idea de promover desde la sociedad civil e instituciones educativas, de ciencia y tecnología, y empresas con compromiso social y ambiental, iniciativas para apoyar a los gobiernos federal, estatal y municipales a diseñar modelos sistémicos de economía circular que respondan al tipo de país diverso que somos.
Fue así como en las ciudades de Guadalajara, Jalisco, y de Querétaro en el estado del mismo nombre, se organizaron en el mes de julio y de octubre respectivamente, los Foros: “Estrategias de Economía Circular a Nivel Local y Regional”, en el primer caso, y el “Foro de Economía de la Conservación y Tránsito hacia la Economía Circular en México”, en el segundo. De ellos surgieron la “Declaración de Guadalajara para Impulsar la Economía Circular en México” y la “Declaración de Querétaro para Crear un Ecosistema Innovador e Interactivo Favorable a una Economía Circular Incluyente”.[2]
Esto ocurrió antes de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) diera a conocer la Visión Nacional hacia una Gestión Sostenible Cero Residuos, basada en la economía circular; se promulgara la Ley para la Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de los Residuos del Estado de Quintana Roo; y se hiciera pública la iniciativa de Ley General de Economía Circular del Senado de la República; en 2019.
Caso del modelo iniciado en la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda en Querétaro
Para ilustrar lo que se entiende como desarrollo de un modelo sistémico de economía circular comunitaria, se expone lo acordado en el Foro de Querétaro por quienes se adhirieron a la Declaración que se presenta a continuación y que parte del reconocimiento de lo que distingue a esta entidad en términos geográficos, ecológicos, de desarrollo económico y humano, y de avances en materia de educación, ciencia y tecnología.
El proyecto de vinculación intermunicipal de los municipios de la Sierra Gorda de Querétaro que inició en noviembre 2018, a partir del Foro, justo al inicio de los 36 meses de los nuevos Ayuntamientos, tuvo entre sus dos primeros productos publicados en 2020: el Programa Regional de Manejo Integral de Residuos de la Sierra Gorda de Querétaro basado en la economía circular y el Reglamento de Prevención, Gestión Integral y Economía Circular de Residuos del Municipio de Landa de Matamoros. Para ello se contó con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SEDESU), del Ejecutivo del Estado, y de las autoridades municipales de la región, además de los aliados de las organizaciones civiles y académicas.
“Declaración de Querétaro para Crear un Ecosistema Innovador e Interactivo Favorable a una Economía Circular Incluyente” |
Contexto al que obedece la Declaración
El desarrollo de un sistema de economía circular en el estado de Querétaro con un enfoque regional, requiere reconocer que constituye un lugar geográfico coyuntural con un intenso tránsito de mercancías y personas que circulan entre las fronteras norte y sur del territorio, sujeto a influencias de políticas externas que inciden en su desarrollo y desempeño ambiental como consecuencia de la forma en que operan los consorcios multinacionales asentados en él, caracterizado por una zona metropolitana con uno de los crecimientos demográficos más significativos del país y con una gran vulnerabilidad y dependencia extrema del recurso hidrológico, que escasea en la región. De conformidad con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), “El nivel de desarrollo humano de Querétaro se calcula mediante los logros de la entidad, en salud (0.863), educación (0.685) e ingreso (0.729), alcanzados en relación con los parámetros observados a nivel internacional. El resultado global para el estado es un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0.756 en 2010, que es comparable con el nivel de desarrollo de países como Trinidad y Tobago y Albania. En 2010, Corregidora fue el municipio con mayor desarrollo humano en Querétaro, con un IDH de 0.868. En contraste, el municipio con menor desempeño en la entidad es Pinal de Amoles, cuyo IDH es de 0.583. La brecha en desarrollo entre ambos municipios es de 32.8%. Los municipios de Arroyo Seco, Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Pinal de Amoles y San Joaquín, en varios de los cuales se ubica una de las zonas de mayor biodiversidad de México en la Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda de Querétaro, se encuentran a la vez entre los que tienen un menor índice de desarrollo humano en la entidad. Ambas características han detonado actividades innovadoras por parte de organizaciones civiles, instituciones educativas y organizaciones de productores, que están desarrollando actividades, proyectos y programas en el marco de la economía de la conservación para aprovechar el pago por servicios ambientales y otros instrumentos destinados a la conservación de los bosques, suelos, biodiversidad y calidad ambiental, a la vez que a promover la creación de fuentes de ingresos y de empleos verdes e incluyentes relacionados con las actividades agropecuarias y de acuacultura que deben fortalecerse y multiplicarse. A lo cual se sumará la creación de otros campus universitarios en dos de los municipios de la zona en los que se ha realizado durante años la minería de mercurio de altos impactos en la salud y al ambiente, que se debe suspender en cumplimiento del Convenio de Minamata para eliminar la producción y usos del mercurio, del que México es parte. Esta última circunstancia llevará a la integración del Plan Regional para la Implementación del Convenio de Minamata, y al desarrollo de proyectos para proporcionar empleo a los mineros que dejen de extraer mercurio, a la limpieza de los sitios contaminados y a la promoción de la sustitución de los usos del mercurio; lo cual también es consistente con la economía circular. Otro problema a superar es la baja productividad frente a otras naciones. México ocupa el lugar 58 en el Índice Global de Innovación, las PYMES, que constituyen más del 90% de las empresas, tienen poca capacidad para competir internacionalmente; a lo cual se suma el hecho de que la cuarta revolución industrial lo ha colocado en una situación que exige, entre otras cosas: a) mejorar las capacidades y conocimientos tecnológicos, b) incrementar el conocimiento para agregar las nuevas tecnologías en las empresas, y c) incorporar a los trabajadores mexicanos en actividades de alto valor agregado. El catálogo sobre el capital del estado en materia de educación técnica y superior, ciencia, tecnología e innovación publicado en 2017, muestra su potencial científico con el propósito de dar a conocer, valorar y aprovechar la oferta tecnológica de los centros de investigación e instituciones que le han convertido en un polo de innovación tecnológica nacional. En dicho documento se plantea que “Sin duda alguna, estamos transitando como país hacia una sociedad del conocimiento y ello obliga a que el Ecosistema de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (ECTI), se integre orgánicamente a los propósitos nacionales de crear y aplicar los conocimientos generados para el desarrollo humano y, en consecuencia, se deben reconocer las dimensiones sociales, éticas y políticas de dicho desarrollo. En el Programa Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación de Querétaro para el periodo 2017-2021 (PECITIQ), se plantea que “Las posibilidades reales de un país para alcanzar el desarrollo basado en la sustentabilidad, donde la población y el medio ambiente resulten beneficiados por el crecimiento económico, reside en el diseño de políticas públicas inteligentes y sensibles que permitan ubicar las opciones de inversión idóneas para cada zona del país, identificando el potencial humano combinado con la vocación de las regiones; es decir, se trata de pensar a mediano y largo plazo para disminuir los grandes rezagos sociales que se acumularon a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del presente siglo… Los contenidos programáticos del PECITIQ 2017-2021 son una invitación al debate, a la elaboración de propuestas posibles y concretas, que satisfagan las aspiraciones de la comunidad, proyecten el quehacer científico fuera de sus muros y se centren en el desarrollo sustentable de la entidad. Es una convocatoria para involucrarse en el desarrollo de una sociedad menos desigual, donde se generen formas de convivencia social y los actores realicen actividades socialmente constructivas.” Todo lo cual es consistente con el propósito de la presente Declaración. Así mismo, Querétaro cuenta con un amplio sistema jurídico para la protección ambiental, que incluye, entre otros, la Ley de Prevención y Gestión Integral de los Residuos, publicada el 20 de febrero de 2004 y su Reglamento, la Ley de Biodiversidad para el Estado de Querétaro, publicada el 15 de julio de 2016, la Ley de Cambio Climático para el Estado de Querétaro, publicada el 31 de enero de 2018 y la Ley de Fomento Apícola y Protección del Proceso de Polinización de 2018. Además se encuentra en curso la elaboración de los Programas Estatales de Prevención y Gestión Integral de los Residuos y de Acción Ante el Cambio Climático. Dadas las circunstancias antes descritas se espera que, para el desarrollo de sistemas de economía circular en la región, se aprovechen las lecciones aprendidas de los proyectos de economía de la conservación desarrollados en la Sierra Gorda de Querétaro e involucre de manera interactiva y sinérgica a las instituciones que contribuyen a la educación, ciencia, tecnología e innovación. Dichos sistemas deberán caracterizarse por ofrecer igualdad de oportunidades para hombres y mujeres que intervengan en las cadenas productivas que adopten la economía circular, en pleno respeto a los derechos humanos y a un ambiente sano. Ello como muestra de una responsabilidad colectiva social, ambiental y económica, intra e intergeneracional. Es con base en este contexto que se ha llevado a cabo el “Foro de Economía de la Conservación y Tránsito hacia la Economía Circular en México” los días 18 y 19 de octubre 2018, en el Parque Tecnológico, del Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro, en la Ciudad de Querétaro, Querétaro. El Foro ha sido convocado por tres organizaciones de la sociedad civil: la Red Queretana de Manejo de Residuos A.C. (REQMAR), el Grupo Ecológico Sierra Gorda I.A.P. y el Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente (CEIBA), por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y el Técnológico de Monterrey -Campus Querétaro-, con el apoyo del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), de la Delegación en Querétaro de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Poder Ejecutivo de Querétaro (SEDESU), de las Unidades en Querétaro de tres centros de investigación: Centro de Investigación y Desarrollo Industrial (CIDESI), Centro de Tecnología Avanzada (CIATEQ) y Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), y de las empresas Junta, Entrega y Recicla y Punto Cero para el Desarrollo S.C., así como con el concurso de diversos organismos, especialistas, instituciones y organizaciones que ofrecerán sus conocimientos y experiencias para el logro de los objetivos del Foro. En el marco del Foro se previó la integración de la presente “Declaración de Querétaro para Crear un Ecosistema Innovador e Interactivo Favorable a una Economía Circular Incluyente”, en la que a título personal quienes se adhieran a ella ofrecerán contribuir desde sus ámbitos particulares de acción a: 1. Establecer sistemas de economía circular que se traduzcan en un desarrollo urbano y rural sostenible, inclusivo y resiliente, generador de fuentes de ingresos y de empleos verdes, que responda a las necesidades de las distintas regiones y municipios de la entidad, de manera consistente con la protección de los derechos humanos. 2. Impulsar la economía circular como una herramienta para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 a nivel estatal y municipal, por medio de estrategias integrales que den coherencia y refuercen programas sectoriales interrelacionados, además de hacer efectiva la responsabilidad compartida de todos los sectores para llevarlas a la práctica. 3. Aprovechar las lecciones derivadas del desarrollo de proyectos de economía de la conservación en la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda de Querétaro, en donde por medio de la valoración económica de los servicios ecosistémicos se están creando o fortaleciendo fuentes de ingresos y de empleos para poblaciones marginadas, a fin de establecer sistemas de economía circular municipales y de alcanzar la meta “Cero residuos a disposición final”. 4. Apoyar a los Gobiernos Locales en las acciones de fomento y desarrollo de una economía circular en sus ámbitos de actuación en la que aplique la responsabilidad compartida de los sectores público, privado y social en la restauración y regeneración de los recursos naturales, así como en su aprovechamiento sustentable por medio de actividades productivas incluyentes y bajas en emisiones de carbono. 5. Incentivar a las empresas de los sectores primario, secundario y terciario a adoptar modelos de negocio, estrategias de diseño y procesos de producción, comercio y consumo acordes con la economía circular, así como el desarrollo de guías, manuales, cursos de capacitación, programas de asistencia técnica, esquemas de certificación en los diferentes sectores productivos, para instituciones, empresas, individuos y/o equipos de trabajo, y otros medios para lograr este fin. 6. Identificar y aplicar instrumentos económicos, financieros y de mercado que impulsen la aplicación de esquemas de economía circular en el sector productivo y minimicen los costos de transacción en las cadenas del reciclaje. 7. Impulsar la consideración en los contenidos de los programas de los distintos niveles educativos de los principios, bases científico-técnicas y prácticas de economía circular para desarrollar una cultura al respecto. 8. Desarrollar estrategias locales que pongan en práctica las disposiciones de la legislación en materia de prevención y gestión integral de los residuos consistentes con la economía circular, a fin de reducir al máximo posible la disposición final general de los residuos y los desperdicios alimentarios, de facilitar la reutilización y el reciclaje (especialmente de los biorresiduos), así como de fomentar el diseño circular para eliminar o minimizar el uso de materiales peligrosos y tóxicos en la fabricación de bienes y alentar la compra pública de materiales y productos verdes. 9. Eliminar las barreras burocráticas y trámites gubernamentales que impidan, dificulten y encarezcan el desarrollo de las actividades productivas previstas bajo esquemas de economía circular que abarcan entre otras las destinadas a extender la vida útil de los productos de consumo mediante mantenimiento y reparación, intercambio o donación, así como los sistemas de gestión para la recuperación de los productos post consumo para su remanufactura o reciclaje. 10. Involucrar a la Comunidad Científica, a las instituciones de educación técnica y superior y a las organizaciones profesionales, en la investigación e implementación de programas de economía circular y en el apoyo al desarrollo de las estrategias locales. 11. Fomentar los esquemas de gobernanza multinivel del territorio y mejorar la concienciación, sensibilización y participación de vecinas y vecinos en las acciones locales de impulso de una economía circular, transformando a los consumidores en usuarios responsables y alentando el consumo colaborativo. 12. Potenciar las alianzas público-privadas entre los distintos actores involucrados del sector público, organizaciones de la sociedad civil y del sector privado para hacer efectiva la implantación de la economía circular a nivel local y regional, asegurando su vigencia sin depender de los periodos gubernamentales. |
Cabe señalar que las 12 acciones que se acordaron desarrollar en el marco de la citada Declaración son válidas en la actualidad y, en gran medida, coincidentes con lo propuesto en 2020 por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), como vía para transitar hacia la economía circular e implementar una hoja de ruta para México al respecto.[3]
Cómo se concibe la economía circular comunitaria, regenerativa, social y solidaria
Para los fines que persigue esta iniciativa de socialización de la economía circular para movilizar a todos los actores y sectores a nivel comunitario, para que contribuyan colectivamente a circularizar sus comunidades, se concibe a la economía circular comunitaria como sigue:
La Economía Circular Comunitaria consiste en «mantener abierto el ciclo de vida de los materiales, los productos, las construcciones, los servicios, los residuos, el agua y la energía”. Ello, para lograr una economía regenerativa eficiente en el uso de los recursos, de baja emisión de carbono e incluyente. Con lo cual se espera contribuir a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con un enfoque territorial y acorde con los principios de la economía social y solidaria (Equidad, Trabajo, Sostenibilidad, Cooperación, Sin fines lucrativos y con Compromiso con el entorno).
Pasos para circularizar las comunidades
Con base en las lecciones aprendidas en nuestros propios proyectos[4], y en lo propuesto por otros autores que se citarán, se describen a continuación algunos de los pasos a seguir y estrategias a desarrollar, que se irán complementando con otros elementos en artículos ulteriores a éste.
Cabe señalar que las prácticas de economía circular pueden ser adoptadas por las personas y las unidades económicas (emprendimientos, empresas y organismos) a título individual, para desarrollar -según corresponda- hábitos de consumo y producción responsables, prolongar la vida de los productos de consumo, y recuperar materiales y productos post consumo valorizables para retornarlos a los productores por las vías que se establezcan con tal propósito, o reintegrándolos a la naturaleza, evitando con ello que se desechen y al hacerlo se conviertan en residuos sujetos a regulación. Esto además de evitar el desperdicio de agua, de procurar su reuso y la recuperación del agua de lluvia, así como de hacer un uso eficiente de la energía y, de ser posible, de utilizar energías limpias y renovables.
Es decir, cada individuo o unidad económica en una comunidad, identificará lo que mejor le convenga o esté a su alcance hacer (con o sin asistencia técnica de aliados), ello sin perder de vista el conjunto de elementos que comprenden los sistemas de economía circular a los que se hará referencia, y que se espera que poco a poco vayan siendo uso y costumbre en las comunidades en las cuales se pongan en práctica.
No menos importante, es que quienes puedan contribuir como grupo a la circularización de sus comunidades, se organicen para ello con sus pares e incluso se unan a redes intersectoriales que estén interesadas en lograr ese fin. De manera que el primer paso que se menciona a continuación hace referencia al mapa de actores/sectores que conforman sus barrios, colonias, municipios y regiones, según les interese que participen en el ejercicio de circularización en los distintos niveles espaciales. Ello implica en primer término, reconocer en qué título cada uno de nosotros tomará parte en el proceso de tránsito hacia una economía circular.
Empecemos por visualizar el rompecabezas comunitario
¿Desde qué perspectiva queremos participar?
Universo de actores a involucrar al circularizar una comunidad
- Tres órdenes de gobierno
- Individuos/unidades económicas
- Estudiantes
- Investigadores
- Organizaciones de la sociedad civil
- Organismos del sector social de la economía
- Cámaras de industria y comercio
- Procuraduría federal del consumidor
Cómo mantener abierto el ciclo de vida de materiales biológicos y técnicos
El propósito de esta sección es llamar la atención sobre cómo abordar las posibilidades para mantener abierto el ciclo de vida de materiales y productos, distinguiendo aquellos que son orgánicos, renovables y biodegradables, de los que se consideran como materiales técnicos susceptibles de reúso, prolongación de su vida, y retorno a los productores al final de su vida útil para volver a ser aprovechados como insumo para fabricar nuevos bienes de consumo.
Desde esta perspectiva se elimina el concepto de residuos. «Los residuos equivalen a alimentos», para lo cual se diseñan productos y materiales con ciclos de vida que sean seguros para la salud humana y el medio ambiente y que puedan reutilizarse perpetuamente a través de metabolismos biológicos y técnicos. Se trata de crear y participar en sistemas para recoger y recuperar el valor de esos materiales tras su uso.[5]
Repensar antes de comprar, comprar sólo lo indispensable, comprar productos a granel, no desechables, biodegradables o compostables; preferir productos locales, que no contengan materiales peligrosos, duraderos, susceptibles de reparación, renovación, re-manufactura, reutilización, o devolución al productor; donar, intercambiar, rentar, pedir prestado o vender materiales o productos usados, son algunos de los ejemplos de prácticas que pueden reducir la generación de residuos.
La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) que opera en todos los estados y defiende sus derechos, cuenta con un portal electrónico, una Revista del Consumidor de alta calidad e interés y una serie de actividades para fomentar el consumo responsable que conviene conocer y difundir.
Materiales biológicos
La bioeconomía es tan antigua como el ser humano y consiste en la producción de bienes y servicios basada en el conocimiento y el uso de recursos biológicos -biomasa- dentro del marco de un sistema económico sostenible. Comprende aquellas partes de la economía que utilizan recursos biológicos renovables de la tierra y el mar, como cultivos, bosques, peces, animales y microorganismos, para producir alimentos, materiales, compuestos farmacéuticos y energía[6]. En el marco de la Cuarta Revolución Industrial y de las innovaciones científicas y tecnológicas, así como de la multiplicación de los usos de las biorrefinerías[7], se abre un campo de oportunidades para implantar la bioeconomía circular a nivel comunitario.
Para los fines que persigue este ejercicio, el mensaje que se busca transmitir es que tenemos la oportunidad de aprender como consumidores cómo pensar al elegir un material o producto orgánico perecedero y biodegradable, cómo vamos a manejarlo para que no se desperdicie y, si quedan restos, qué hacer con ellos para aprovecharlos.
Por ejemplo, y más en estos tiempos, es común en México en donde los residuos orgánicos son de los más abundantes, que se promueva convertirlos en composta para aprovecharla como mejorador de suelo a nivel doméstico o comunitario (particularmente en huertos de traspatio urbanos o rurales). En el caso de los restos de alimentos, las opciones son amplias. De manera ilustrativa, además de aprovecharlos como alimento animal, con las cáscaras de naranja o limón se hacen mermeladas (y los biotecnólogos pueden obtener aceites esenciales), con los restos del corte de verduras se hace sopa o acompañamientos de guisados, los cuales son solo una muestra de su potencial de circularización.
En el caso de los residuos orgánicos de grandes generadores, ya sea centrales de abastos, mercados, industria agroalimentaria y otros, por las economías de escala se vuelve más atractivo invertir para sacarle máximo provecho a cáscaras, semillas, tallos, bagazo y otros restos que pueden industrializarse. Tal es el caso de la generación de sustitutos de los plásticos de un solo uso, la obtención de principios activos para fabricar bioproductos o su conversión en biocombustibles. De ahí la importancia de las aportaciones de las instituciones de educación superior y centros de ciencia y tecnología para contribuir a identificar cómo industrializarlos.
Elementos Clave y Recursos Biológicos de la Estrategia Nacional de Bioeconomía de Costa Rica |
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Elementos Clave | Recursos Biológicos |
Conservación y restauración de los recursos biológicos así como su uso directo y transformación sustentable, para satisfacer las necesidades ambientales, de las personas y de varios sectores económicos. | Biomasa cultivada y natural para producir alimentos, forraje, fibra y energía; pasturas naturales, recursos marinos y biomasa producida por medio de la acuacultura y biomasa forestal.
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Aplicación de saberes tradicionales y modernos acerca de los recursos, principios y procesos biológicos, en el desarrollo de nuevos productos, procesos y servicios.
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Biomasa residual de la agricultura, pesca, acuacultura, sectores forestal y agroindustrial; biomasa que puede recuperarse de los residuos urbanos, tratamiento de aguas residuales, del ganado y de actividades humanas. |
El uso de tecnologías aplicables al conocimiento, transformación y emulación de los recursos, procesos y principios naturales.
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Biodiversidad terrestre y marina; elementos bioquímicos, genes, proteínas y microorganismos de interés para la investigación y las aplicaciones comerciales. |
National Bioeconomy Strategy – Costa Rica 2020 – 2030. https://micit.go.cr/sites/default/files/resumen_ejecutivo_estrategia_nacional_de_bioeconomia.pdf
Materiales técnicos o finitos
Los materiales técnicos –polímeros, aleaciones y otros materiales artificiales– están diseñados para volver a utilizarse con una mínima energía y la máxima retención de la calidad (mientras que el reciclaje, tal como se entiende habitualmente, provoca una reducción de la calidad y vuelve al proceso como materia prima en bruto)[8].
La economía circular tiene el potencial de proporcionar una nueva vía de materias primas para abastecer a las cadenas de suministro a través del reprocesamiento al final de su vida útil[9]:
- Apostar por la economía circular. Perfila los productos de la cadena de suministro que pueden ser candidatos adecuados para el reacondicionamiento de materias primas, recolección de piezas o reciclaje.
- Interactuar con los clientes. Identifica oportunidades para retener el control de los materiales cambiando a un acuerdo de producto como servicio, como el arrendamiento.
- Escalar mediante la colaboración. Selecciona y crea un ecosistema de socios a lo largo de las cadenas de suministro para permitir el acceso y el procesamiento de materiales al final de su vida útil. Empieza por colaborar con contratistas de residuos, proveedores de logística inversa y proveedores de materias primas.
- Ir más allá del valor de los materiales residuales. Deberás equilibrar y hacer concesiones entre el valor del material residual, la volatilidad del precio de la materia prima, la opinión del cliente y la regulación local y global.
- Participar en el proceso de diseño. Los criterios para la selección de materiales deben incluir el potencial de reprocesamiento y los impactos ambientales al final de su vida útil.
- Consultar el balance. Evalúa el impacto de avanzar hacia una economía circular en las métricas de la empresa. Conservar materiales para su reprocesamiento puede tener un impacto negativo en el capital de trabajo, pero positivo en la seguridad de las materias primas.
Estrategias habilitantes de encadenamientos productivos de carácter social y solidario
La creación de economías circulares comunitarias o bio-economías basadas en el aprovechamiento de flujos de materiales descartados por industrias con alto impacto en comunidades vulnerables, cumplen un rol fundamental para la creación de bienestar a nivel local por medio de nuevos oficios, empleos y organizaciones comunitarias que se beneficien de la actividad de las industrias principales en la región.
Para ello, se requiere asesorar a las autoridades con competencia en la materia, a fin de que al regular las nuevas actividades económicas que contribuyan a la gestión integral de los residuos que actualmente son desaprovechados y que representan alto potencial de re- valorización, lo hagan de manera a facilitarlas e incentivarlas mediante la aplicación de instrumentos económicos, financieros y de mercado.
Este es el caso de emprendimientos sustentables que den continuidad a la vida de materiales y productos mediante su re-aprovechamiento, re-uso y re-incorporación a ciclos productivos, que resulten viables económicamente. Lo cual implica la aplicación de instrumentos para la facilitación de la cooperación multisectorial y la co-inversión.
Lo anterior requiere tomar en consideración la necesidad de formalización de los grupos conformados por recicladores y oficios relacionados con el re-aprovechamiento y comercialización de residuos. La informalidad en la que operan crea condiciones de gran vulnerabilidad, asociada no sólo a los niveles de ingresos económicos, sino a los riesgos a los que están expuestos durante el ejercicio de estas actividades sin equipo de protección, ni coberturas de salud, entre otros.
Consistente con lo antes expuesto, se requieren establecer los mecanismos de articulación pertinentes con la Ley Federal del Trabajo, para crear los instrumentos que mejoren las condiciones de seguridad social y física de estos grupos, profesionalizando los oficios y tecnificando los procesos. Todo ello de manera acorde con lo previsto en la Ley de la Economía Social y Solidaria, que tiene por objeto:
Definir las reglas para la promoción, fomento y fortalecimiento del Sector Social de la Economía, como un sistema eficaz que contribuya al desarrollo social y económico del país, a la generación de fuentes de trabajo digno, al fortalecimiento de la democracia, a la equitativa distribución del ingreso y a la mayor generación de patrimonio social.
Organismos del Sector Social de la Economía |
I. Ejidos;
II. Comunidades; III. Organizaciones de trabajadores; IV. Sociedades Cooperativas; V. Empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores; y VI. En general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios socialmente necesarios. |
Ley de la Economía Social y Solidaria
Una organización de emprendimiento social usa sus recursos y conocimientos de negocios para generar ganancias, no tanto monetarias, sino para colaborar con el bienestar de una sociedad.
Cabe señalar que en la actualidad tanto el consumo como la visión empresarial está cambiando. El auge de Internet y las redes sociales ha ampliado y acercado el panorama real que enfrenta la sociedad, creando un perfil de consumidor consciente. Muchos clientes prefieren comprar productos a quienes atienden estas problemáticas sociales. Diversos emprendedores están dispuestos a cambiar el rumbo de las empresas debido a la clara necesidad de cambio que se presencia hoy en día.[10]
Características del emprendimiento social como modelo de negocio |
Es una modalidad corporativa llevada a cabo por empresas innovadoras que utilizan tanto, un modelo de negocios —de ventas—, como el enfoque en resolver problemas socioeconómicos o ambientales que se encuentran en la sociedad.
Debido a su estructura, este método permite que las organizaciones sean autosustentables, escalables y generen utilidades para seguir invirtiendo en este tipo de emprendimiento. El emprendimiento social se encuentra en la constante búsqueda de balancear los tres aspectos fundamentales de su cometido, los cuales son: alcanzar su éxito económico; su razón de ser se basa en la responsabilidad social y el compromiso con el medio ambiente. Para que un negocio pueda clasificarse como de emprendimiento social, es necesario que tenga, al menos, los siguientes elementos: 1. su objetivo principal debe ser el bienestar social y la creación de promover el trabajo por y con la sociedad; 2. la mayor parte de sus beneficios e ingresos deben reinvertirse en obtener el objetivo social; 3. sus acciones sociales van por encima de los fines de lucro; 4. persigue establecerse como empresa mediante el empleo de métodos propios del ámbito comercial o empresarial, como el marketing, la publicidad, y, claro, las ventas; 5. brinda empleos y oportunidades de crecimiento profesional; 6. se establece como tienda (ya sea física o virtual) y ofrece productos o servicios, del mismo modo que lo hacen las empresas comerciales tradicionales; 7. proporciona soluciones innovadoras a problemas sociales y ambientes reales, es decir, su lucha es contra la pobreza, la exclusión social, delincuencia, cambio climático, etc. |
¿Cómo hacer que el emprendimiento social sea rentable? |
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Ten en cuenta que es una empresa | A pesar de que su fin es social, no deja de ser una empresa. Motivo por el cual se debe gestionar como tal.
Es decir, tomando decisiones coherentes y controladas, mediante una adecuada administración, con publicidad y una buena estrategia. |
Haz un estudio de mercado | Los problemas sociales y ambientales están en todos lados, sin embargo, debes validar que sí puedes conseguir conectar con las personas a través de tu marca, producto o servicio. |
Recuerda la importancia de las ventas | Como en cualquier empresa tradicional, debes vender. Sí puedes aceptar donaciones, pero recuerda que no dependes de ellas, así que pónle ganas a las estrategias de ventas. |
Usa todo lo que esté a tu alcance | Ø Encuentra personas que estén dispuestos a ayudarte, como embajadores de marca;
Ø usa una buena estrategia de marketing digital; Ø define tu marca para conectar con clientes reales; Ø investiga cómo las grandes empresas tradicionales se expanden; Ø ¡usa tu imaginación! |
Cadenas de valor y encadenamientos productivos
Solo para visualizar la complejidad de los sistemas económicos en los que operan los emprendimientos sociales y las empresas circulares, se muestran a continuación algunos ejemplos de ellos que muestran diversos tipos de encadenamientos productivos y de ecosistemas en los que operan.
FAO. 2015. Desarrollo de Cadenas de Valor Alimentarias Sostenibles: Principios Rectores
https://www.fao.org/sustainable-food-value-chains/what-is-it/es/
El encadenamiento productivo-valor
El encadenamiento productivo-valor en Cuba. Antecedentes y actualidad. Proyecto APOCOOP. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2308-01322020000100010
Cadenas productivas e instituciones de apoyo
SCEX= convertidor de monedas
Fuente: Recuperada de https://www.google.com.cu/search?q=Cadenas+productivas+instituciones+de+apoyo&dcr.Imagenes
Circularización de las cadenas lineales en una región
A este respecto, se recomienda la consulta del libro de Carlos Scheel Mayenberger “Diseño de Nuevos Negocios de Economía Circular: Creación de prosperidad sustentable, transformando residuos a recursos”, en el cual plantea las siguientes etapas para llevar a cabo la circularización en una región para crear múltiples negocios en una comunidad a través del sistema extendido de valor circular CVES[11]:
- Crear un modelo mental sistémico de la situación de complejidad a atacar.
- Identificar los estados clave, que son prioritarios suficientes y necesarios, de las cadenas lineales que se encuentran en una comunidad.
- Conectar cada uno de los estados simples pero significativos; sus causas y sus efectos.
- Cierre de las cadenas bien identificadas de Cero-Residuos (ZRIES), en donde los residuos se convierten en recursos para otros procesos (R2R).
- Agregación de más ciclos extendidos y conexiones de redes más extensas.
- Establecimiento de clústeres de stakeholders, con articulaciones más complejas, sinergias, flujos y sistemas con objetivos comunes.
- Creación de feedbacks producto de la circularidad. Esto permite iterar sucesivamente ciclos simples hasta entender en el tiempo el comportamiento de un fenómeno complejo, sus estructuras y sus métricas.
- Una vez que los clusters están ensamblados, definir su administración holística y su gobernanza colaborativa.
- Regresar a los inicios. Buscar nuevas colaboraciones y realizar una mayor cobertura.
- Iterar en el tiempo de nuevo hasta madurar los ciclos y alcanzar las metas conjuntas ambientales, sociales y que sean económicamente viables.
- Con esto se tiene un sistema extendido de valor que genera en el tiempo el comportamiento de todos los flujos y subsistemas del complejo circular en la región.
Un claro ejemplo del modelo planteado previamente, es el referido en el artículo “Desarrollando Ecosistemas Regionales de Valor Circular: El Caso de Higueras, México”.[12] En el citado artículo, se expone cómo construir un «ecosistema regional de valor circular” el cual se enfoca en la creación de riqueza sostenible por medio de las sinergias entre los diferentes actores en una región. Este ecosistema interconecta modelos económicos, políticas y estrategias, para crear sistemas de generación de alto valor con un impacto en los tres ejes del desarrollo sostenible.
Higueras se encuentra localizada a 58 km al norte de Monterrey, capital del estado de Nuevo León, México. Con una superficie total de 600 kilómetros cuadrados. Es un municipio de 1,594 habitantes con una creciente necesidad de abastecimiento de alimentos, energía y servicios de salud. Posee una fuerte dependencia económica de la capital dada la escasez de oportunidades laborales. |
Un Ecosistema Regional de Valor Circular (ERVC), por sus siglas en inglés, esta compuesto por una red de nuevas empresas y/o actividades económicas ya establecidas. Éstas se encuentran vinculadas a través de oportunidades de negocios no habituales basadas en la valorización de R/B (residuos o basuras) a través de conceptos como: (a) modelos de negocio de cascada, y flujos de efectivo múltiples de Economía Azul; (b) ecología industrial; (c) principios de economía y (d) modelación dinámica de sistemas.
El Sistema de Ecología Industrial Cero Residuos (ZRIES) sostiene que cada actividad económica y el generador de residuos en la región es capaz de lograr riqueza sostenible a través de una producción limpia, eficaz y eficiente donde los R/B son valorizados creando riqueza sostenible al mismo tiempo que aumenta la capacidad de recuperación natural de la región (resiliencia). ZRIES activa la circularización y encadenamiento de todas las actividades dentro de una región de manera dinámica permitiendo de esta forma que se convierta en auto-sostenible.
El desafío consistió en desarrollar un Ecosistema Regional de Valor Circular centrando en el fortalecimiento de los siguientes parámetros: (a) capacidad para fortalecer la seguridad alimentaria (a través del cultivo de la mayor parte de sus propios alimentos), (b) recuperación de tierra fértil con el fin de regenerar el medio natural (resiliencia), (c) mejorar la salud mediante el uso correcto y explotación de los recursos naturales regionales y por último, (d) optimar el uso de los recursos hídricos.
Los jugadores más importantes (subsistemas) basados en su potencial para la creación de riqueza sistémica los conforman: (a) Una plantación de orégano, (b) una fábrica de queso de cabra, (c) el lago del pueblo, (d) huertos urbanos y (e) una granja de pollos. Además, también están representadas las conexiones con un actor que funge como descomponedor (granja de lombrices rojas californianas) el cual regula la transformación de los excesos de residuos y desperdicios en la región.
Todas las partes interesadas y los participantes en las cadenas de producción lineales tienen el potencial de circularizarse creando redes de intercambio de conocimientos y yendo más allá del simple reúso por medio de la aplicación del concepto de upcycling con nuevos procesos y tecnologías.
Los Sistemas de Valor permiten mapear la producción tradicional así como la generación de colaterales (residuos y basuras) para cada proceso de las actividades económicas en la región. El resultado es un diagrama en el que es posible identificar las cantidades y composición de los residuos generados junto con la producción del producto dominante a través de distintos códigos internacionales, que además de ser comparables de manera mundial permiten vislumbrar las sinergias potenciales de cada uno de los residuos.
Mapa de sinergias
Perspectivas
La serie de temas cubiertos en este artículo, son solo una muestra de los diferentes elementos a considerar al diseñar, legislar y operativizar una política nacional sobre economía circular que atienda a las necesidades y características de México; lo cual no podrá lograrse y hacerse efectivo sin la participación de los diversos grupos de interés; de ahí la importancia de mantener abierto el intercambio de ideas al respecto.
[1] Para mayor información sobre la autora y el tema, consultar las páginas: www.cristinacortinas.org y www.fundacionccortinas.org
[2] Para mayor información consultar la página: www.cristinacortinas.org
[3] Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC). 2020 Martínez Arroyo A., Octaviano Villasana C.A., Nieto Ruiz J., Evaluación de la situación actual de la economía circular para el desarrollo de una hoja de ruta para Brasil, Chile, México y Uruguay. pp.59
[4] Para mayor información consultar en la página (www.cristinacortinas.org) la conferencia y el video: Economía Circular Social y Solidaria: Una Mirada Humanista.
[5] https://rethinking.ong/economia-circular/
[6] Belisario de Azevedo. (2018). Bioeconomía basada en conocimiento en América Latina. https://conexionintal.iadb.org/2018/07/27/ideas2-2/
[7] G. Carrillo Torres (Coord). (2019). Biorrefinerías y Economía Circular. Ed. UAM. Unidad Xochimilco, México.
[8] Texto tomado de la Fundación Ellen MacArthur y citado en: https://rethinking.ong/economia-circular/
[9] Alicia Mendoza (2020). Economía circular permite el reabastecimiento de las cadenas de suministro. https://thelogisticsworld.com/logistica-y-distribucion/economia-circular-permite-el-reabastecimiento-de-las-cadenas-de-suministro/
[10] Ivan de Souzan (2019). Descubre qué es el emprendimiento social, los beneficios que trae a la sociedad y algunos ejemplos exitosos. https://rockcontent.com/es/blog/emprendimiento-social/
[11] Carlos Scheel Mayenberger (2020). Diseño de Nuevos Negocios de Economía Circular: Creación de prosperidad sustentable, transformando residuos a recursos. Edición Kindle.
[12] Eduardo Aguiñaga y Carlos Scheel (2015). Desarrollando Ecosistemas Regionales de Valor Circular: El Caso de Higueras, México. https://www.researchgate.net/publication/295749522_Desarrollando_Ecosistemas_Regionales_de_Valor_Circular_El_Caso_de_Higueras_Mexico
Foto: Alberto Nava